dejar chupete

Sin duda es un invento genial, pero tiene fecha de caducidad. Después de haber cumplido su servicio, hay que saber despedirse de él. Dejar el chupete no siempre es fácil, y en ningún caso sucede de un día para otro. Por lo tanto, llegado el momento, traza un plan de acción. Busca el mejor momento, sé firme, constante y coherente.

Te ofrecemos una serie de consejos que te serán muy útiles:

1. No tengas prisa: Si te precipitas y le obligas a dejarlo antes de que desponga de la madurez necesaria, corres el riesgo de que lo sustituya por el dedo, una práctica realmente perniciosa.

2. De más a menos: Abandonar el chupete no es fácil y, llegado el momento, no debes retirárselo de forma repentina. Restringe poco a poco su uso escondiéndole a ratitos durante el día, especialmente cuando más tranquilo esté.

chupete

3. Desvía su atención: Prueba a quitárselo disimuladamente de vez en cuando de la boca y, cuando lo pida, cambia el tema de conversación e intenta distraerlo con otra actividad.

4. Búscale otro «amigo»: Observa cuándo recurre al chupete con más frecuencia, qué es lo que le preocupa y qué cosas le suelen poner nervioso. En esos momentos, ofrécele un sustituto afectivo, como por ejemplo uno de sus muñecos favoritos.

5. Haz que se sienta mayor: Es muy importante que insistas en la idea de que, cómo ya es un niño grande, no necesita el chupete como los bebés. Así le motivas aún más.

6. No te burles de él: Las riñas, amenazas, burlas, chantajes o castigos porque llora por su chupete son injustos, ineficaces y sólo ayudan a que pierda seguridad y autoestima, y aumente su introversión y timidez.

7. Procura no ceder: Una vez haya sido capaz de pasar unos días sin él, no se lo vuelvas a dar, aunque te lo pida con insistencia.

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