¿Sabías también que cuanto más azúcar consume un niño, mayor es su riesgo de desarrollar obesidad, diabetes y enfermedades cardiovasculares?
Con estos problemas de salud en mente, no es de extrañar que los padres estén cada vez más preocupados por la cantidad que consumen sus hijos. Aunque sabemos que debemos limitar su consumo , la verdadera pregunta es: ¿cuánta cantidad es apropiada para que consuma un niño cada día?
¿Cuánto es lo recomendado?
La cantidad recomendada para los niños varía en función de su edad, sexo y aporte calórico total diario. La Asociación Americana del Corazón (AHA) recomienda que los niños y adolescentes de 2 a 18 años no consuman más de 6 cucharaditas (25 gramos) al día.
Esto equivale a 100 calorías, o aproximadamente al 5% del valor calórico total diario. Las mismas directrices son aplicables a los adultos.
¿Qué se considera azúcar añadido?
Se refiere al refinado, procesado y añadido a los alimentos y las bebidas durante la fabricación, la cocción o como aderezo. Algunos ejemplos de son:
- Sacarosa
- Fructosa
- Glucosa
- Sirope de maíz
- Néctar de agave
- Sirope de maíz con alto contenido en fructosa
- Azúcar invertido
- Lactosa
- Sirope de malta
- Sirope de arroz
- Azúcar turbinado
Es importante que los padres entiendan que las recomendaciones de los médicos sobre el azúcar no se aplican a los naturalmente presentes en los alimentos integrales, como las frutas, las verduras, la leche y algunos productos de grano entero. Estos alimentos también aportan nutrientes esenciales, como vitaminas, minerales y fibra, que contribuyen a una buena salud general, por lo que deben consumirse en las raciones diarias recomendadas.
¿Cómo se esconde el azúcar en los alimentos?
Cuando hablamos de azúcares agregados hablamos de cualquier tipo incluido el que se encuentra en la fructosa, la miel, el azúcar de mesa, y la que se agrega a los alimentos en el hogar o se usa para procesar alimentos y bebidas.
La diferencia se encuentra entre los azúcares añadidos y los naturales
Suele ocultarse en los alimentos y bebidas poco sanos, como las bebidas azucaradas, como refrescos, tés helados, bebidas deportivas y energéticas, y bebidas con sabor a fruta, son las principales fuentes de azúcar añadido en la dieta de los niños. Los dulces y productos de panadería, como pasteles, galletas y caramelos, también son ricos en azúcares añadidos.
Otros culpables de un alto contenido son los cereales de desayuno, los yogures de frutas y los dulces envasados como galletas, budines, etc.
Es importante que los padres sean conscientes de estas fuentes ocultas de azúcares y elijan alimentos y bebidas más sanos para sus hijos. Es fundamental leer las etiquetas de los alimentos, evitar las bebidas dulces y limitar el jugo de fruta que envasado.
Es su lugar prepararles jugo jugos frescos de fruta natural, también hacerles pure o que consuman frutas enteras y frescas.
¿Cuáles son los riesgos de consumirla en demasía?
Los niños que consumen demasiada corren un mayor riesgo de desarrollar obesidad, diabetes y enfermedades cardiovasculares. El consumo excesivo de azúcar también puede provocar caries, resistencia a la insulina, síndrome metabólico e incluso esteatosis hepática no alcohólica.
¿Cómo ayudar a tu hijo a reducir el consumo?
La Organización Mundial de la Salud recomienda las siguientes estrategias para ayudar a los niños a reducir su consumo :
- Leer las etiquetas de los alimentos
- Limitar la cantidad de bebidas azucaradas de azúcar refinado
- Elegir cereales integrales en lugar de refinados
- Preparar las comidas y meriendas en casa
- Modelar buenos comportamientos alimentarios y elegir con acierto
Recomendaciones saludables
- Elige cereales integrales en lugar de refinados
- Preparar las comidas y meriendas en casa
- Modelar buenos comportamientos alimentarios y elegir bien
Palabras finales…
Los dulces deben disfrutarse con moderación. Una buena regla general es asegurarse de que no más del 5% de las calorías diarias de tu hijo proceden del azúcar añadido.
Para ayudar a los niños a reducir el consumo , lee las etiquetas de los alimentos, limita el consumo de bebidas azucaradas, elige cereales integrales en lugar de refinados, prepara las comidas y meriendas en casa, y adopta conductas alimentarias saludables.
También es importante que los padres recuerden que los azúcares naturales de las frutas, verduras, leche y cereales integrales son esenciales en una dieta sana y deben consumirse también con moderación. Tomar estas sencillas medidas puede ayudar a reducir los riesgos de que tu hijo desarrolle obesidad, diabetes y enfermedades cardiovasculares.
Además, estar conscientes que la promoción de bebidas azucaradas es un gran problema. Es mucho peor aún para las comunidades de bajos recursos ya que corren mucho mayor riesgo, porque estas bebidas son de bajo costo y de fácil acceso. Por lo tanto, hay que estar muy atentos a lo que los niños consumen para poder otorgarles una mejor calidad de vida.
Se anima a los padres a hablar con un dietista nutricionista registrado si están preocupados por la cantidad de que consume el niño.
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