Para los más pequeños comenzar en la guarderías, es un gran cambio, pero no debe ser un cambio drástico en la vida de los niños. Ya no se encuentra en la seguridad de los lugares u personas conocidas.
El niño ya no es el centro del hogar y se convierte en uno más del grupo. Se inician sus primeros pasos en la socialización, el niño aprende a convivir, respetar y disfrutar de la compañía de otros niños de su edad.
La mayoría de las guarderías o jardines de infantes respetan el período de adaptación del niño e instan a que los padres o, eventualmente, familiares cercanos como abuelos o tíos acompañen al pequeño un tiempo en la institución durante la primera semana.
Es bueno que los primeros en mostrar alegría y naturalidad en el proceso sean los padres y no dramatizar en la despedida. Comprender que para el chico serán difíciles los primeros tiempos y ser paciente, es parte de su crecimiento.
Es bueno ser puntuales a la hora de recogerlos, si no relacionarán a la guardería con la sensación de abandono. Es bueno que el pequeño lleve uno de sus juguetes favoritos le dará seguridad y una sensación de familiaridad en su nuevo entorno.
A veces llevarlo al segundo día de clases, no es una mala idea si el chico da muestras de terror al colegio, ya que ser testigo de las típicas escenas de llantos y manitos que se aferran a las faldas maternales no es un buen escenario para que se inicie en la guardería.