La cesárea es el parto del niño a través del abdomen materno mediante una incisión en la pared de éste y en el útero. Su relativa seguridad ha aumentado el porcentaje de partos mediante este procedimiento. Pero que no esté exenta de peligros y las complicaciones sean más frecuentes que con el parto vaginal hace que sólo se realice bajo estricta indicación médica.
1.Una cesárea puede planificarse con antelación (electiva) si algún problema de salud materna o fetal así lo aconseja, o bien puede surgir la necesidad más o menos inmediata por complicaciones en el parto. La electiva suele realizarse una o dos semanas antes de la fecha prevista para garantizar que el bebé esté desarrollado y maduro.
2.Está indicada en ocasiones cómo:
• Cuando existe el antecedente de 2 cesáreas.
• Cuando la placenta se sitúa sobre el orificio de salida del útero impidiendo el parto vaginal (placenta previa).
• Cuando coexiste con el embarazo una enfermedad materna que el esfuerzo que le demanda el parto y pueda descompensar o empeorar la salud.
• Cuando el niños sea muy grande y la pelvis materna muy estrecha o deformada.
• Cuando la madre tenga alguna infección vaginal.
• Crisis convulsiva en el embarazo (eclampsia).
• Fracaso en la estimulación del parto.
• Feto mal colocado.
4.AL día de hoy, es una operación muy segura tanto para la madre como para el bebé, aunque con riesgos asociados a la anestesia, de tipo respiratorio, infeccioso, etc. En comparación con los partos vaginales, presentan mayores riesgos de hemorragia y otros daños en la zona abdominal y en los órganos urinarios.
5.Aunque la recuperación es algo más larga que tras un parto vaginal, la mayor parte de las mujeres se recupera al cabo de dos o cuatro días.