Nariz.
– Puedes aplicar suero fisiológico para limpiarla (de 2 a 3 gotas). En caso de que tenga mucosidad, puedes emplear un pañuelo o la punta de un bastoncito de algodón para sacar, exclusivamente, los mocos que se vean a simple vista.
– Nunca debes sonar la nariz del pequeño. Tampoco deberás introducir gasas en sus orificios, ya que este hecho puede conllevar consecuencias negativas.
Nota: si tiene muchas secreciones mucosas, le puedes echar más gotas de suero fisiológico.
Uñas.
– Se las puedes cortar siempre que las tenga largas. Las de las manos pueden recortarse en forma redonda o rectas; sin embargo, las de los pies, siempre tendrán que estár rectas.
– No debes utilizar unas tijeras con punta. Tendrás que emplear unas específicas para bebés, con la punta roma, para evitar daños innecesarios. Recuerda no cortárselas en exceso, ya que las uñas se pueden infectar o sangrar.
Nota: lo correcto es elegir un momento del día en que el niño esté más relajado, para evitar que se mueva (lo ideal es cuando está durmiendo).
Ojos.
– Puedes limpiarselos utilizando una gasa impregnada en suero fisiológico (y, muy importante, siempre una gasa para cada ojo). Es recomendable que le inclines un poco la cabeza para evitar que se le encharque el otro ojo; y siempre, de dentro hacia fuera; es decir, desde el lagrimal hasta el borde del párpado. La frecuencia oscila entre una y dos veces al día.
– No emplees algodón para la higiene de esta zona, ya que se puede quedar algún resto en el interior del ojo, causándole una irritación.
Nota: es sumamente importante no utilizar colirios o pomadas por iniciativa propia, ya que las consecuencias podrían ser bastante serias.