Tus hormonas contribuyen a que tus articulaciones, ligamentos y músculos se relajen para prepararse de cara al parto. Pero, por el mismo también presentas una mayor predisposición a padecer esguinces o contracturas, sobre todo en la parte baja de la espalda. A medida que tú bebé va ganando peso, la columna y la pelvis cada vez sufren más presión y hacen que tu postura se modifique.
Te damos seis trucos prácticos
1- DESCANSA. Utiliza almohadas para apoyar la espalda. Cuando estés tumbada de lado, ponte una almohada entre los muslos y otra bajo las rodillas para evitar que la espalda se sobrecargue.
2- APLÍCATE CALOR. Una bolsa de agua caliente o una esterilla sobre la zona pueden hacer maravillas.
3- MEDICAMENTOS. Para los casos de dolor más severo puedes tomar paracetamol (pero nunca excedas la dosis prescrita por el médico)
4- HAZ EJERCICIO. Para fortalecer la parte baja de la espalda, aprieta los músculos de las nalgas y del estómago, como si te estuvieras tratando de ponerte unos pantalones ajustados. Mantén esta posición durante unos segundos, mientras respiras con normalidad. Repite este ejercicio dos o tres veces al día.
5- AGÁCHATE, NO TE DOBLES. Para recoger cosas del suelo, nunca te dobles de cintura hacia abajo. Lo mejor es que te agaches, de modo que tu espalda siempre quede recta.
6- BUSCA ALTERNATIVAS. Muchas terapias alternativas, como la acupuntura, la osteopatía o la quiropraxia, pueden mejorar los problemas de espalda.
ACUDE A TU MÉDICO: Si tienes fiebre o dolor al orinar. Ambos síntomas pueden ser indicativos de una infección de riñón (que también producen dolor de espalda). Requiere tratamiento inmediato.