Las contracciones y distensiones del corazón (sístole y diástole) son movimientos rítmicos que siguen una secuencia repetitiva, conocida como ciclo cardíaco. Los soplos son ruidos añadidos al ciclo normal y se diagnostican por auscultación.
Pueden ser de dos tipos: orgánicos y no orgánicos.
• Los primeros se producen cuando la corriente sanguínea atraviesa algún conducto anómalo (estrecho, dilatado….) del corazón o los vasos, o en quienes padecen infecciones del aparato circulatorio.
• Los no orgánicos, en cambio, no se deben a anomalías de los órganos (puede haber alteraciones en la viscosidad de la sangre, o una comprensión externa del pulmón) y, salvo excepciones, no revisten importancia.
En más de la mitad de los bebés nacidos a término, y en mayor medida en los prematuros, se escucha un soplo cardíaco durante su primera semana de vida, pero los estudios que se les realizan casi siempre confirman que se trata de un soplo inocente.
EXISTEN 4 TIPOS DE SOPLOS INOCENTES:
Los soplos inocentes (los que significan que no son graves) aparecen en los recién nacidos de cuatro formas:
1. El más frecuente se presenta en los prematuros o en niños pequeños para su edad gestacional y se produce por el paso rápido de la sangre por la arteria pulmonar.
2. El soplo del “ductos” (un tubo vascular que en la vida intrauterina comunica la aorta con la arteria pulmonar) se oye porque aún persiste, sí puede ser grave.
3. En ocasiones se perciben ruidos en la válvula triúspide (lado derecho del corazón), sobre todo en niños que han sufrido asfixia durante el parto. No es grave, pero como estos ruidos son indistinguibles de los que producen la CIV (comunicación interventricular, cuando un orificio comunica los dos ventrículos), hay que hacer pruebas para descartar esta alteración.
4. Por último, el soplo vibratorio funcional, que se escucha en ocasiones (por ejemplo, cuando el niño tiene fiebre), no reviste importancia y desaparece con la edad.