La amniocentesis (I)

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En qué consiste y quién la necesita: con esta prueba diagnóstica podrás saber si tu bebé tiene alguna enfermedad cromosómica, como el síndrome de Down. Se realiza mediante la extracción de un poco de líquido amniótico para analizar las células fetales que contiene. Sin embargo, no está exenta de riesgo, motivo por el que se debe valorar muy bien quién necesita o no someterse a ella.

Es una prueba de diagnóstico prenatal con un gran valor, ya que dice con seguridad (y no con un cálculo de probabilidades como ocurre con otras pruebas prenatales) si el bebé tiene una enfermedad cromosómica, aunque no todas. Pero comporta un cierto peligro de aborto, alrededor de un 1%. Por este motivo no se le realiza a todas las mujeres (como ocurre por ejemplo con la inocua ecografía).

ESTUDIA CÉLULAS DEL FETO: En el líquido amniótico existen células fetales que por supuesto, tienen la carga genética del feto. La amniocentesis consiste en la extracción de un poco de líquido amniótico para analizar esas células; para ello el médico hace una punción en la tripa de la madre y con la ayuda de la ecografía extrae una pequeña cantidad de líquido, evitando dañar el feto.

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“Sirve para estudiar las células que sobrenadan en este líquido y averiguar las anomalías cromosómicas que pueda tener el feto. La función fetal es rara, ya que huimos de las zonas sensibles como suele ser la cara”, nos explica el doctor Joaquín Díaz Recasens, jefe del Servicio de Ginecología y Obstetricia de la Fundación Jiménez Díaz, de Madrid.
Con esta técnica diagnóstica es posible averiguar si el bebé padece alguna enfermedad cromosómica, que pueden ser de dos tipos:

• Alteraciones en el número de cromosomas, dentro de los cuales se encuentra la trisomía 21 o síndrome de Down 18 o síndrome de Edwards.

• Alteraciones estructurales en los cromosomas, cuyos efectos pueden ser muy variables: desde graves y raras enfermedades a no plantear ningún: problema.

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