La piel está constituída por tres capas:
1.- La Hipodermis: es la capa más profunda y está compuesta de grasa, proporcionando aislamiento del frío y del calor.
2.- La Dermis: es la capa media y donde se sitúan las glándulas sudoríparas, las terminaciones nerviosas y los vasos sanguíneos. Aquí también se forma el pelo, el cual, crece mediante un tallo que atraviesa la epidermis llegando a la superficie de la piel.
3.- La Epidermis: esta capa es la más externa y nos protege del medio ambiente. Es importante destacar que, las células nuevas reemplazan contínuamente a las viejas, que se desprenden de la superficie.
Una vez aclarados estos aspectos, estableceremos las diferencias entre la piel de los bebés y la piel de los adultos:
a.- La piel de los bebés es más permeable y más sensible a sustancias como la orina, las heces o la saliva.
b.- Los recién nacidos pierden calor con más facilidad además, lo soportan peor.
c.- Los bebés son más propensos a sufrir quemaduras solares. Esto es debido a que su producción de melanina (pigmento que nos protege del sol) es más baja.
d.- Los recién nacidos tienen menos capacidad de defenderse de los agentes infecciosos e irritantes, ya que su sistema inmunitario está todavía desarrollándose.