Cuando un niño cuenta con un amplio y variado vocabulario le ayudará a empezar con buen pie la escuela, y a reconocer y entender las palabras al comenzar a leer. Por esta razón, la estimulación adquiere vital importancia.
TEN EN CUENTA ESTAS SUGERENCIA:
Practica jugando: Fijar la atención de los niños, cuesta bastante. Por lo tanto, busca el lado lúdico del lenguaje. Juega con él a nombrar las partes de su cuerpo, a adivinar los colores de las cosas a identificar sonidos.
No quieras corres demasiado: Respeta su tiempo para responder, no le interrumpas y no te impacientes si se retrasa o se encalla en una explicación.
Deja que prueba solo: Tan importante como estimular verbalmente al niño es permitir que se entretenga con sus monólogos. Estos le sirven para perfeccionar la articulación de los sonidos y descubrir nuevas posibilidades fónicas.
Enséñale con el ejemplo: Si tartamudea o pronuncia con errores, en lugar de hacer hincapié en lo que ha dicho mal, repite la palabra o la oración de manera correcta y anímale a que continúe.
Pregunta y responde: Participa de la aventura del lenguaje formulándole preguntas simples y felicitándolo por sus esfuerzos, así como por sus logros. Entre los tres y cuatro años, cunado empiece la “edad del por qué”, no dejes escapar la ocasión de dialogar con él.
Háblale bien: Utiliza siempre un lenguaje claro y adulto, evitando los diminutivos y el lenguaje infantilizado.