Después del parto, la madre «descansa» dos o tres días en la maternidad (no hay que cocinar ni hacer las compras, te parecerá mentira). Todo tu tiempo lo destinaras a conocer a tu bebé. Y es allí, en la maternidad, donde se inicia una relación única con él, donde juntos aprenden a organizar su nueva vida en común: comidas, sueño…y no te cansaras de mirarlo/a.
Ya desde que el bebé nace, se debe empezar de a poquito a instaurar, en la medida de lo posible, una rutina en sus hábitos. Como aún tardará un poco en regular su ritmo de sueño y de tomas (que deben hacerse «a demanda`), es esencial que el resto de sus actividades diarias posteriores (baño, paseo…) se hagan siempre en el mismo orden y a la misma hora. Verás cómo así, el bebé de a poco será capaz de intuir en cada momento del día lo que sucederá después y se sentirá seguro.