Entre un 20 y 30% de las mujeres embarazadas tienen sangrados vaginales al principio de la gestación, aunque esto no tiene por qué desencadenar un problemas.
Es frecuente y puede suceder:
–Por implantación: entre los días 10 y 14 después de la fertilización el embrión puede provocar un pequeño sangrado al adherirse al revestimiento del útero. Como suele suceder unos días antes de la mesntruación normal, puede confundirse con una regla. Incluso puedes no darte cuenta de que estás embarazada hasta el siguiente mes.
–Por cambios en el cuello del útero: al principio del embarazo, el cuello uterino sufre un aumento del flujo sanguíneo. A veces, el sangrado se produce tras mantener relaciones sexuales o después de una exploración ginecológica.
–Por aborto espontáneo: hay más riesgo de aborto durante las primeras 12 semanas. ¿Cómo lo distinguirás? Quizá tengas un sangrado leve dolores abdominales y pérdidas de tejido por vagina. Si te pasa, ve al ginecólogo. Para tu tranquilidad, te diremos que el 50% de las mujeres que lo sufren no pierden el bebé.
–Por embarazo molar: es poco frecuente. Se forma tejido en el útero, pero no crece el embrión o lo hace mal. El sangrado es de tono marrón, y puede traer náuseas, vómitos y dolor abdominal. Ve al médico.