Durante el embarazo, el gasto de hierro aumenta considerablemente. Este mineral forma parte de la hemoglobina, sustancia que se encuentra en la sangre encargada de oxigenar los tejidos maternos y los del bebé. Es por lo tanto absolutamente necesario para mantener la salud. En el embarazo aumenta la cantidad de sangre que circula por el organismo y el bebé absorbe hierro constantemente de las reseras maternas.
Por estos motivos, no es raro que, alrededor del cuarto mes de embarazo los análisis de sangre detecten la presencia de anemia ferropénica (por falta de hierro) en la futura mamá. Esta condición suele presentar algunos síntomas: más cansancio o fatiga al realizar las tareas habituales, falta de concentración y palpitaciones. Una buena alimentación puede mejorar esta condición.
Para ello, hay que tener en cuenta los alimentos ricos en vitamina C, E y B2, que ayudan a asimilar el hierro, mientras que el té y el café dificultan su absorción. Lo que no puede faltar en la dieta de toda embarazada, por ser los alimentos que más cantidad de hierro aportan son:
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HIGADO: higado de pollo, de ternera, de cerdo, de pavo…
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FRUTOS SECOS: almendras, nueces, pasas, avellanas…
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LEGUMBRES: frijoles, lentejas, habas, guisantes, soja, soja en grano, garbanzos….
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CEREALES: avena, avena integral, arroz, trigo…..
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VERDURAS: espinaca, alcachofas, acelgas…
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CARNES ROJAS: ternera, pavo , cerdo…..
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MARISCOS: almejas, berberechos, calamares, gambas, ostras, caracoles…..
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FRUTOS DESHIDRATADOS: ciruelas, pasas, dátiles