Los siete primeros días, quizá sea el período de más desconcierto en la relación mamá-bebé. Te brindamos ciertas recomendaciones para darte ¡Ánimo, fuera y seguridad!
1er día: Empieza cada día con un buen desayuno. Es fundamental mantener un nivel mínimo de energía. Empieza con tranquilidad que todo va a salir bien.
2do día: Todavía te estás recuperando del parto; quizás estés tomando algún analgésico, y si te han puesto puntos todavía tendrás la zona dolorida. Cuídate, y si te preocupa tu salud, díselo al médico. No retrases la visita al baño aunque te dé miedo.
3er día: Sentirás los pechos muy duros e hinchados. Para aliviar esta sensación, ponte unas hojas frías de repollo. ¡Funciona! Y saca la máxima cantidad sobrante de leche con la ayuda de un extractor.
4to día: Muchas mamás se sienten deprimidas una vez llegado este momento. Los niveles de hormonas se han disparado, lo que hace que los estados de ánimo sean variables. Si te sientes desanimada y sin ganas, no te preocupes: es completamente normal. En unos días estarás mejor.
5to día: El cansancio está haciendo estragos. Pídele a un familiar o a tu pareja que cuide al niño mientras tú te echas una siesta, trata de descansar el mayor tiempo posible. Pero siempre alimentate bien.
6to día: Es hora de darse un respiro y salir a la calle un rato, aunque sólo sea para dar una vuelta a la manzana. El aire fresco te vendrá bien y a tu hijo le ayudará a relajarse (si lo puedes sacar, depende del clima, sino trata de dejarlo con alguien). Eso sí, siempre que te encuentres bien; no te fuerces si sigues convaleciente.
7 mo día: Acabas de pasar tu primera semana. ¡Bien hecho! Te mereces un día de descanso, así que desconecta el teléfono, enciende la TV, pon los pies encima de una silla, relájate y deja que te mimen.