Siempre es aconsejable acudir a un psicólogo en situaciones conflictivas, pero hay señales de aviso que te permiten establecer con mayor seguridad cuándo debes llevar al niño a un especialista de la psicología
Cuándo acudir
La tan utilizada expresión «los niños no vienen con un manual de instrucciones» es, en cierto punto, preocupante. Parece que olvidamos el peso que nuestra cultura, nuestra sociedad y nuestros mayores tienen a la hora de asesorarnos en los modos educativos que debemos seguir con nuestros hijos. Por supuesto que los padres tienen un manual de instrucciones: Generalmente para bien o para mal usamos la educación que hemos recibido y que posiblemente es la que vamos a utilizar con nuestros pequeños. No obstante, en algunos casos, no se tiene muy claro cómo actuar; los psicólogos estamos, precisamente, para revisar y actualizar ese manual de instrucciones siempre que se precise.
Éste es un motivo para acudir a una consulta especializada. En otras ocasiones, los padres sí saben lo que hay que hacer en todas las fases del desarrollo de sus hijos, pero los pequeños muestran determinados comportamientos que les impiden una buena evolución:
Los más frecuentes son:
- Déficit de atención (niños que no regulan su atención).
- Enuresis (no son capaces de controlar la orina por la noche).
- Problemas con los esfínteres (no pueden controlar el pis y la caca durante día).
- Depresión (niños con una tristeza excesiva).
- Ansiedad (nerviosismo exagerado).
- Trastornos del sueño (problemas antes, durante y tras despertar del sueño).
- Miedos y fobias (chicos que se bloquean cuando tienen que afrontar situaciones que perciben amenazantes).
- Problemas escolares (incapacidad para seguir una buena trayectoria escolar).
- Trastornos de adaptación (niños a quienes les cuesta afrontar situaciones nuevas).
- Problemas de conducta (malos comportamientos), etc…
- Problemas familiares (fallecimientos, divorcios, violencia…)