Cuentos para niños: Fábula: La Tortuga

tortuga

Había una vez una tortuga que iba siempre con la casa a cuestas. El peso de esta le agobiaba y tenía que caminar muy despacio. Las demás tortugas se burlaban de ella, porque tardaba mucho tiempo en recorrer una pequeña distancia. Doña Tortuga nada decía; seguía y seguía avanzando penosamente, sufriendo su pesado destino.

Un día, doña Tortuga se hartó de cargar con su propia casa y, dejándola bien resguardada tras unos matorrales, siguió su camino sin ella. ¡Qué ligera y cómoda se sentía ahora!. Demostró a las demás tortugas que podía ser tan veloz como ellas.

Una tarde de calor sofocante, estalló una gran tormenta. Truenos y relámpagos aterrorizaban a doña Tortuga; la lluvia empezó a caer, débilmente al principio; de modo torrencial, después. Doña Tortuga, empapada de pies a cabeza, se lamentaba sin cesar:

–¡Ay!. ¡Cómo me estoy poniendo, tengo miedo, no me gustan las tormentas! ¡Con lo bien que estaría ahora metida en mi casita, bien a cubierto de la lluvia, y protegida! ¿Por qué se me ocurriría dejarla en aquellos matorrales? ¿Por qué hice eso?–

Cuando la tormenta hubo pasado, doña Tortuga, sin pérdida de tiempo, regresó al lugar dónde había dejado su casita. La encontró intacta. ¡Qué alegría más grande sintió al verla de nuevo, cantaba y bailaba de alegría!

Volvió a cargar con su casita, firmemente resuelta a no deshacerse nunca más de ella, por lento que fuera su caminar. Amiguitos: Quién mucho corre, pronto para. Tenerlo en cuenta. A veces es mejor ir más despacio en la vida, pero más seguro.

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