La inseminación artificial es la técnica de reproducción asistida más sencilla que hay, por lo que en muchas ocasiones es la primera opción a la que se recurre. Se aconseja en alteraciones leves, de los ovarios o del semen, y su tasa de éxito está entre un 15 y un 20%. Aquí sabrás cómo se realiza. La reproducción asistida ofrece distintas soluciones, según sea el problema que presente la pareja. Cuando las alteraciones no son muy graves, suele comenzarse por la inseminación artificial.
¿QUIÉN PUEDE SER CANDIDATO?
Tal como destaca la experta, «la inseminación artificial está especialmente indicada en mujeres con una reserva ovárica adecuada, pero que muchas veces tienen solamente desarreglos de la ovulación. Es lo que se llama de forma genérica ‘ovario poliquístico’. También está aconsejada en alteraciones leves del semen». Sin embargo, «se desaconseja en situaciones en las que la respuesta ovárica sea baja, en factores más severos y también en mujeres de más de 38 años, fundamentalmente porque la respuesta ovárica va a ser muy limitada», según los especialistas.
UN PROCESO SIN COMPLICACIONES
La inseminación artificial es una técnica relativamente sencilla. Por eso se hace de forma ambulatoria; es decir, no hay que ingresar en el hospital para someterse a ella. Tampoco requiere anestesia ni analgesia, pues el procedimiento es indoloro. Así, «todo el seguimiento y el tratamiento se hace en la consulta ginecológica». Todos estos factores facilitan considerablemente el tratamiento, que, a menudo, suele complicar la vida laboral y familiar de los afectados.