Los niños son los principales diseminadores de los virus gripales, por eso al vacunarlos se disminuye su trasmisión. Es un hecho comprobado que los niños vacunados protegen al resto de la familia, y viceversa, los miembros de una familia inmunizados contra la gripe, protegen a niños de alto riesgo no inmunizados.
Las limitaciones de la vacuna: en los primeros meses o años de la vida los niños están expuestos a múltiples virus respiratorios, además de los virus de la gripe. Entre otros cabe mencionar rhinovirus, virus respiratorios sincicial, adenovirus, parainfluenza y varios otros de menor frecuencia.
La vacuna antigripal previene de la gripe pero no evita ninguna de estas infecciones, por lo tanto el niño vacunado puede presentar otras infecciones respiratorias. Muchas veces se considera erróneamente un “cuadro gripal” cuando la infección es causada por otros virus. La existencia de múltiples infecciones respiratorias en los niños, limita la percepción de los beneficios de la vacunación.
Muy diferentes es el caso de la varicela o del sarampión donde la manifestación clínica es única y muy típica. Aún al pediatra le resulta difícil establecer la diferencia, ayuda al diagnóstico diferencial la noción de epidemia gripal y el antecedente de vacunación.