Un simple consejo, que muchas veces se nos pasa inadvertido, y que es muy bueno acostumbrarlo desde muy pequeño: Si crees que tu hijo no te atiende cuando le hablas estás muy equivocada. Te darás cuenta con el tiempo que son esponjas que van absorbiendo explicaciones y vivencias que dejan huellas en su proceso de crecimiento. Si además, le hablas a la cara mirándole a los ojos permitirás una comunicación mucho más directa y positiva.
Mira a tu hijo a los ojos cuando le hables
Silvia Martínez
Educadora social, fotógrafa y amante de la vida. Tengo bastante experiencia en diseño gráfico, montajes, restauración, carteleria, etc.
Dentro de mis aficiones tengo que decir que me fascina dibujar, la música, el cine, leer y, claro está, escribir (tengo algunos cuentos y relatos cortos)... ¡entre muchas otras cosas!