La musicoterapia es una técnica terapéutica que utiliza la música en todas sus formas con participación activa o receptiva por parte del paciente. Es posible encontrar psicólogos en Madrid y otras grandes ciudades que ofrezcan Musicoterapia. Todo lo que es música, para un niño, siempre es positivo. Pero debemos tener en cuenta que ésta debe ser siempre adaptada a sus oídos, a su capacidad de escucha. A un niño, la musicoterapia le puede ir muy bien para mejorar el aprendizaje, la coordinación, controlar la ansiedad y mejorar el estado de ánimo, entre otros. Pero, sobre todo para ayudarle a organizarse a nivel interno. La influencia de la música es mucho mayor de lo que creemos.
Cuanto antes se exponga la música al niño más beneficios le aportará. De hecho, el uso de canciones para enseñar habilidades académicas, sociales y motoras a niños pequeños se ha convertido en una práctica común para algunos profesores y educadores de música y, por supuesto, para muchos musicoterapeutas. Hay muchos estudios que demuestran que la música y sus componentes producen patrones de actividad eléctrica cerebral. Esto lleva a una mayor eficacia a nivel del funcionamiento del cerebro no sólo como rector de los procesos cognitivos sino también como regulador de las funciones vegetativas del organismo.
La música posee unos valores universales que afectan a todas las personas y que se definen por el ritmo, la armonía, la melodía y el tono. El musicoterapeuta debe descubrir la personalidad musical de cada paciente para seleccionar la música adecuada, porque según su personalidad y su estado, le puede ser más beneficiosa un tipo de música u otro.
Los efectos que tiene la musicoterapia en los distintos ámbitos son muchos, pero si nos basamos a los que influyen a un niño, son los siguientes:
– Produce cambios en el ritmo cardiaco y respiratorio, así como en la tensión muscular.
– Estimula la expresión de los problemas y las inquietudes.
– Favorece el desarrollo emocional y afectivo.
– Agudiza la percepción auditiva y táctil.
– Estimula la actividad y mejora la coordinación motriz.
– Fomenta la interrelación social.
– Ayuda en la formación, desarrollo personal y superación de dificultades de aprendizaje.
– Ayuda a resolver problemas psicológicos y a cambiar conductas establecidas.
– Apoyo psicológico y físico (puede reducir el dolor) a pacientes médicos que se enfrentan a situaciones difíciles como la cirugía, enfermedades terminales, cuidados intensivos…
– Mejora la autoestima y la capacidad de comunicación de los niños.
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