Prolongar el período de lactancia hasta que el bebé ha cumplido los seis meses puede evitar, cada año, la muerte de más de un millón de niños menores de cinco años, según ha revelado un estudio de UNICEF. De este estudio también se desprende que la leche materna administrada a los bebés inmediatamente después del nacimiento puede reducir considerablemente la mortalidad neonatal en los países en desarrollo.
En concreto la lactancia desde el primer día de vida evitaría el 16 por ciento de estas muertes. En el caso de que la lactancia empezara durante la primera hora de vida, la cifra subiría hasta el 22 por ciento. La directora ejecutiva de UNICEF sostiene que «más de una tercera parte de las muertes infantiles se producen durante el primer mes de vida, una etapa muy delicada» en la que «el amamantamiento temprano proporciona nutrientes fundamentales, protege a los recién nacidos contra enfermedades mortales y fomentar el crecimiento y el desarrollo».