La respuesta es sí.
Tenemos que tener presente que los masajes en la primera etapa infantil favorecen mucho el desarrollo evolutivo, produciéndose una serie de cambios psicológicos, emocionales y físicos.
Respecto a los beneficios psicológicos:
a. Aumenta la conciencia del recién nacido de las distintas partes que componen su esquema corporal.
En lo que respecta a los beneficios emocionales:
a. Potencia los vínculos afectivos entre el bebé y sus padres.
b. Favorece la comunicación no verbal entre el pequeño y su progenitores.
Y, si comentamos los beneficios físicos:
a. La fricción de las manos contra la piel, ayuda a eliminar las células muertas.
b. Activa la circulación sanguínea, incrementándose el envío de oxígeno a los tejidos.
c. Propicia un mejor desarrollo del sistema nervioso.
d. Estimula los sistemas inmunológico y respiratorio.
e. Fortalece y tonifica los músculos.
f. Aumenta su apetito.
g. Le ayuda a descansar mejor.
h. Calma y relaja al bebé cuando tiene sueño, pesadillas,…
i. Facilita la digestión y alivia las molestias producidas por los temidos cólicos del lactante y/o estreñimiento.
j. Ayuda a madurar y regular el sistema gastrointestinal.