La higiene es un hábito más que el niño adquiere a lo largo de su infancia y que debe realizar de manera sistemática. Son acciones que determinan su aseo diario y que estructuran su vida. Lo ideal es que realice estas actividades voluntariamente y de forma agradable, pero, en caso contrario:
1-Enséñale a asumir el aseo diario como una costumbre necesaria para la convivencia familiar.
2-Créale horarios establecidos para realizar estas tareas de higiene personal, sin que tenga que abandonar otras que le gustan especialmente; demuéstrale que son compatibles.
3-Fomenta en él hábito de higiene fáciles de llevar a cabo y en distintas etapas: dientes y manos, la ducha o el baño de noche, la cabeza un día sí y otro no, la cara todas las mañanas, etc.
4-Demuéstrale que un buen baño puede ser, además divertido, reconfortable y agradable.