A veces, el miedo a no tener leche está totalmente injustificado porque se basa en falsas alarmas que, en realidad, no indican ningún problema. Lo normal es que durante las primeras semanas de vida, el bebé coma a todas horas. En total suelen comer en torno a las 12 veces en un sólo día. Muchas mamás se asustan y piensan que quizá se queden sin leche y su hijo sin poder comer. Por otro lado, hay mamás que nunca llegan a tener leche y que les dan biberón desde el primer día de vida del niño. Los especialistas afirman que todas las mamás tienen leche.
La incapacidad congénita para producir leche es una situación poco habitual que afecta a muy pocas mujeres en el mundo. Casi todas las mamás tienen potencial para dar leche de su pecho. Otros casos, en los que no pueden, el origen es debido a problemas que podrían haberse resolvido con la información y apoyo necesarios. La succión del niño hace que el organismo de la madre produzca una cantidad de alimento siempre adecuada a sus necesidades por lo que nunca nos quedaremos sin leche. Para que no haya problemas, es preciso que la lactancia sea exclusiva y a demanda del bebé, siguiendo todas sus señales de cuándo tiene hambre.
Para empezar bien y sin problemas, se recomienda poner al recién nacido en el pecho de la madre, en las dos primeras horas después del parto, cuando el instinto de succión es especialmente intenso. Además se crearán fuertes lazos entre la mamá y el recién nacido.