Tu casa será el primer hogar del bebé, pero esto no quiere decir que sea el más seguro. Las casas están hechas para adultos, no para los más peques, y entrañan muchísimos peligros para ellos. Una forma divertida de localizar esos peligros para poder solucionarlos es poniéndose uno mismo a gatas y moviéndose por la casa como si de un bebé se tratara. Entonces os dareis cuenta de lo cerca que quedan los enchufes o de lo peligrosas que son unas simples escaleras.
Algunas recomendaciones que nos ayudarán a que nuestra casa sea un hogar seguro para el bebé son:
- Cubrir los enchufes con tapas o colocar muebles delante para que los niños no puedan acceder a ellos.
- Colocar puertas de seguridad en las escaleras.
- No confiar nunca en el «todavía no es capaz». Dejar elementos que pueden ser peligrosos como cuchillos, por ejemplo, a una altura que consideramos suficiente porque el niño todavía no es capaz de llegar ahí puede ser una equivocada decisión por nuestra parte.
- Poner los productos tóxicos fuera del alcance de los niños, así como los medicamentos.
- Si tenemos cuerdas en las cortinas, ponerlas también fuera del alcance del bebé.
- Alejar del niño todo objeto pequeño que pueda echarse a la boca.