Los padres pueden y deben ayudarlos con las tareas, pero hay que saber que se debe hacer y que no se debe hacer.
Qué se debe hacer:
- Evitar intervenir en aquello que saben hacer solos.
- Respetar las rutinas horarias para hacer los deberes, y en el mismo sitio.
- Enseñar a los niños a organizarse y a priorizar según su nivel de rendimiento.
- Fomentar el estudio autónomo, ayudarles a que aprendan a hacerse preguntas ellos solos.
- Enseñarles a pensar.
- Apoyar sinceramente a los niños, reconociendo el hecho de no saber algo, pidiendo en este caso ayuda al colegio.
Qué no se debe hacer:
- Improvisar el lugar para hacer los deberes, en ratos perdidos.
- Permitir que los niños se queden estancados en lo que fallan
durante mucho rato. - Hacerles los deberes en lugar de indicarles cómo hacerlos.
- Inventarse las solucione por desconocerlas, confundiendo finalmente a los niños.
- Limitar a los niños haciéndoles dependientes de ayudas permanentes y de la toma diaria de la lección.
- Los padres no deben llevar «la voz cantante».