Que el niño se pase el día picando entre comida y comida es algo muy común a ciertas edades. Muchas veces por aburrimiento otras por inquietos o por cierta sensación de vacío en el estómago, los niños recurren a la nevera con más frecuencia de la que nos gustaría.
— No le dejes que acuda a la nevera cada vez que esté aburrido o tenga que realizar alguna tarea que no le agrada, como ponerse a estudiar o arreglar su habitación. Es ideal para perder tiempo.
— Si ves que está cerca la hora de la comida y que tiene mucha hambre, es mejor que espere un rato más sin tomar nada o que beba agua para engañar un poco la sensación de vacío en el estómago.
— Si falta mucho para que llegue la hora del almuerzo o la cena,
prepárale bocados saludables que no mermen demasiado su apetito y que consigan hacer desaparecer esa sensación de hambre. Es ideal si le gusta la fruta, una manzana o una banana…
— Es excelente tratar de recurrir a vegetales crudos cortados en láminas o en tiras, que puede coger con la mano e ir mordiendo, como las zanahorias, los pepinos..
— Otra ideas es prepararale un plato con pequeñas cantidades de alimentos fáciles de digerir, como maíz dulce, aceitunas, pepinillos, remolacha, etc. Saciarán su apetito de forma momentánea y no le ensuciarán el estómago.
Cuando los niños se alimentan a base de picar, comen mal después, lo que provoca la falta de hidratos de carbono y fibras en su dieta. Lo ideal es que realice cinco comidas al día de forma equilibrada.