No existe una fórmula ideal o errónea para afrontar la transicción del pañal al orinal, aunque sí se aconseja tener en cuenta algunos aspecto o seguir algunos pasos. Una etapa en la que hay que tener mucha paciencia.
– Mientras el niño está en casa, debe usar ropa interior y el orinal, pero cuando salga lo hará con pañales o braguitas-pañal.
– Hay que empezar gradualmente, quitándole los pañales y poniéndolo en el orinal un ratito cada día. Un buen momento para intentarlo es después de las comidas.
– Si no se está quieto cuando lo sientas en el orinal, no lo fuerces. Podrás convencerlo de que se quede más tiempo leyendo un cuento o enseñándole unos dibujos o fotos.
– No hay que desesperarse si el niño no hace sus necesidades.
– Otra opción es dejarlo jugar unos instantes sin pañal, manteniendo un orinal cerca para paliar posibles «urgencias».
– Si la operación es «productiva», dile que lo ha hecho muy bien, abrazándole y besándole.
– En caso de que haga pis o «cacotas» fuera del orinal, no hay que enfadarse, sino limpiarle e invitarle a hacerlo la próxima vez dentro, siempre con una sonrisa y un ambiente agradable.
– Conforme vayan pasando las semanas, hay que aumentar progresivamente el tiempo que pasa sin pañales e ir introduciendo las braguitas o los calzoncillos.
– Si crees que hace mucho tiempo que no va al baño, recuérdale con cariño que puede ser el momento de hacerlo.
– Cuando haya adquirido confianza con el orinal en casa y su pañal o braga-pañal permanezca seco en las salidas, es el momento de probar a utilizar la ropa interior, abandonando definitivamente los pañales.