Cuando tienes un bebé tu vida cambia para siempre y lo mismo, y para bien o para mal, le pasa a tu cuerpo. Las primeras semanas después de dar a luz son un período de cambios físicos y emocionales enormes.
Hay ciertas cosas que te pueden ocurrir como:
- Sensación de descuelgue:
Si notas una especie de «colgajo» que sobresale de la vagina o tienes una sensación dolorosa, como de presión interna, sobre todo después de haber estado en pie durante mucho rato, seguramente es que tu útero (prolapsado, en términos técnicos). Si te sucede, consulta a tu médico, pero para prevenirlo, sé constante con los ejercicios de fortalecimiento del suelo pélvico.
- Fiebre:
Si las mamas te duelen y tienes fiebre, consulta a tu médico, porque pueden ser signos de una infección llamada mastitis. No dejes de amamantara a tu bebé si puedes. El paracetamol y unas compresas tibias pueden aliviarte pero nunca hagas caso omiso de los síntomas de mastitis, ve directa a la consulta de tu médico.
- Pérdida de cabello:
No te preocupes si el desagúe se queda atascado por la cantidad de cabellos que se te caen cada vez que te duchas: no te vas a quedar calva. Simplemente, estás perdiendo el pelo que no mudaste mientras estabas esperando a tu bebé debido a las hormonas del embarazo.
- Sudores:
Si te despiertas bañada en sudor, no te asustes, se debe a las hormonas, que se estan adaptando a tu nuevo estado de no-embarazo. Mientras la hipersudoración no vaya asociada a fiebre, no será un problema y en cuestión de un mes, más o menos habrá desaparecido.