Nada nos espanta más que ver a nuestros hijos sin respiración por haberse tragado un trozo de comida o un objeto que se han llevado a la boca. Y no nos falta razón porqué es la primer causa de muerte en los chiquitos menores de un año. Hay que actuar rápidamente.
TEN EN CUENTA EN BEBÉS HASTA UN AÑO DE EDAD:
1. Animarlo que tosa, frite o llore, de este modo se favorece la expulsión del objeto por sí solo. Ho hay que golpearlo en la parte alta de la espalda porque con eso sólo se consigue que el objeto se instale más profundamente.
2. Si el bebé no lo expulsa, está fatigado o no puede toser, gritar o llorar, hay que ponerlo boca abajo, encima de nuestro brazo. Le sujetamos la cara y le abrimos la boca con los dedos para favorecer la salida del objeto
3. Apoyamos el brazo que sostiene al bebé en los muslos. Su cuerpo quedará inclinado de forma que la cabeza esté situada por debajo del tórax. Con la mano libre se dan cinco golpes en la espalda, exactamente entre los omóplatos, contando 1-2-3-4 y 5.
4. Colocamos al bebé boca arriba sobre el otro brazo y miramos la boca, sin meterle los dedos, para comprobar si ha expulsado algo. Si el objeto no ha salido, hay que tomarle la cabeza e inclinarlo con la cabeza más baja que el cuerpo.
5. Imaginamos una línea entre los pezones, localizamos el centro y buscamos un punto a un dedo por debajo del centro. Colocamos los dedos índice y mayor encima de ese punto y presionamos cinco veces contando 1-2-3-4 y 5.
6. Revisamos la boca. Si no ha salido nada, ponemos al bebé boca abajo sobre un brazo y repetimos las maniobras (golpes entre los omóplatos, presiones en el pecho) las veces que haga falta hasta que expulse el objeto.