La piel del bebé debemos cuidarla mucho ya que es muy débil porque no está acostumbrada a las exposiciones externas. Desde su nacimiento, debemos cuidarla mucho y protegerla de todos los factores externos que puedan perjudicarle. La piel del bebé y el niño es muy fina, por lo que su función barrera es inmadura y presenta un menor desarrollo. Por ello, la piel de los más pequeños necesita de unos cuidados especiales.
La hora del baño es ideal para el cuidado de tu pequeño, y perfecta para disfrutar, mimar y estimular sus sentidos. Después de un baño que es recomendable que sea por la noche para que se relaje y pueda dormir mejor, debemos echarle crema en el cuerpo. El momento del baño es muy relajante cuando se acostumbran a él, pero al principio puede resultarles molesto. La temperatura del agua es lo primero que debemos cuidar, ni fría ni caliente, sino a la temperatura de su cuerpo. Lo aconsejable es un baño de 5 minutos para evitar que la piel se reseque o que se vaya a enfriar mientras lo bañamos.
A la hora del secado lo mejor es sacar al pequeño envuelto en una toalla de algodón, limpia, suave, nueva y lavada sin detergentes abrasivos ni suavizante. Finalmente, le echaremos cremita en el cuerpo y se quedará de lo más a gusto. La carita es una zona que suelen mancharse mucho, después de cada comida. Por ello, con suavidad, después de la comida, lávale bien. La zona del culete también se debe tener muy en cuenta para que no tenga irritaciones. Debemos cambiarles el pañal a menudo y tener limpia esa zona.