Cada bebé es distinto y sigue su propio ritmo de desarrollo, por lo que nunca hay que compararlos entre sí. Influyen los estímulos que reciba y su educación. Suele decirse que los segundos hermanos o los que van a la guardería se espabilan antes. Sin embargo la mayoría de los psicólogos consideran que lo que más importa es el contacto con los padres.
Aunque es evidente que la relación con otros niños y las experiencias que viven también estimulan su aprendizaje. De todos modos, para valorar la evolución de un niño, lo que cuenta es el conjunto de cosas que aprende a hacer y el grado de madurez con que las hace. Los progresos que a nivel psicomotor realiza el bebé se evalúan a través de diversos test. El más utilizado es el test de Denver, que establece cuatro categorías.
TEST DE DENVER:
1. Desarrollo motor o postural: que hace referencia a cuestiones de coordinación corporal y movilidad.
2. Desarrollo manual: habilidades que requieren capacidad de concentración, coordinación y destreza.
3. Contacto con el entorno: su evolución en cuanto a sociabilidad.
4. Desarrollo del lenguaje: su evolución y adquisición.