-Según la edad de la mujer, ¿hay algún riesgo?
Sí. A partir de los 35 años. Cuando la mujer ha cumplido esa edad aumenta el riesgo de que se produzcan anomalías en el número de cromosomas (Síndrome de Down). También influye la edad del padre en las anomalías, aunque son menos frecuentes que las relacionadas con la edad de la madre.
-¿Se pueden evitar los riesgos en relación con la edad de la pareja?
Sí. Planificando las gestaciones en edades más tempranas. Por otra parte, si existe riesgo aparente, se puede realizar un diagnóstico prenatal.
-Si ya se ha tenido un hijo con deficiencias, ¿es más probable que ese defecto se repita en otros hijos?
Dependerá del tipo de anomalía. En estos casos deberá consultarse en un servicio de genética.
-¿Es cierto que el matrimonio entre parientes incrementa el riesgo de defectos congénitos en los descendientes?
Sí. Todos somos portadores de algún gen anómalo y, cuando una pareja pertenece a la misma familia, es más probable que ambos sean portadores de los mismos genes anómalos. Existe la probabilidad de que un mismo gen alterado se transmita al hijo tanto por parte del padre como por parte de la madre y, al unirse, originen la malformación propiamente dicha.
-¿Las infecciones maternas suponen un riesgo para el feto?
Sí. Padecer rubéola, varicela, toxoplasmosis y citomegalovirus, aumentan el riesgo de malformación cuando la madre las padece durante el período de gestación. En cambio otras como la hepatitis y el SIDA, pueden ser transmitidas al feto.