La bronquiolitis es una enfermedad respiratoria infecciosa muy importante y común durante el primer año de vida del bebé. Afecta, de manera especial, a los niños prematuros; es bastante contagiosa y puede dejar secuelas si no se trata de manera adecuada. En todos los casos requiere de tratamiento médico y, sólo en algunos, hospitalización.
– La mejor manera de proteger al recién nacido de la bronquiolitis es alejándole de los virus que la causan, ya que no existe medicación específica para ellos.
– Será preciso evitar el contacto con las personas que tengan algún foco respiratorio infeccioso, sobre todo, durante el período de lactancia. Para ello, es recomendable evitar los sitios donde se acumule mucha gente: ambulatorios, centros comerciales, transportes públicos, entre otros.
– Si el bebé asiste a la guardería, nos tendremos que cerciorar de que los cuidadores se lavan convenientemente las manos y con la frecuencia adecuada; ya que, esta es una de las vías más comunes de transmisión de la enfermedad.
– En nuestro hogar, nos tenemos que acostumbrar a lavarnos las manos con frecuencia. Así mismo, no nos las llevaremos a la boca o nariz, tampoco estornudaremos o toseremos cerca del bebé.
– Si el recién nacido es muy prematuro o tiene enfermedades respiratorias crónicas, el pediatra puede recomendar la administración preventiva de anticuerpos policlonales; debido a que la enfermedad puede acarrear graves consecuencias para los pequeños.
Respecto al tratamiento, comentaremos lo siguiente:
– Conviene mantener al niño hidratado, alimentarlo adecuadamente y extremar la vigilancia para evitar situaciones de riesgo.