De los tres trimestres de embarazo, el segundo, es el más tranquilo. Se caracteriza por la estabilidad y la adaptación.
La mujer toma conciencia de que va a engendrar a su futuro hijo y que, por ahora, lo lleva en su vientre. Así pues, se empiezan a sentir los movimientos fetales.
Nota: es preciso recordar que el futuro bebé no agrede a la madre, es decir, las «patadas» que dicen sentir las embarazadas no son golpes como tal, el movimiento fetal consiste en producir un tenue aleteo similar a la sensación de tener burbujas en el útero. No obstante, cada mujer lo siente de manera diferente.
En esta etapa lo más importante es saber si el niño se encuentra en perfectas condiciones y si existe algún déficit en su desarrollo fetal. El pensamiento es tan constante que, algunas madres sueñan con su pequeño recién nacido en brazos.
Frecuentemente, se produce la búsqueda de figuras maternas; tomando como referencia a la futura abuela o a la pareja. Esto es debido a que la gestante necesita estar protegida en todo momento ya que, así, estando protegida ella, estará protegida su bebé. Y, es aquí, donde los antojos se traducen en una obligación de tener pendientes a todo aquel que forma parte de su entorno.
Este es un buen momento para comunicarse con la pareja, transmitiéndole las inquietudes que puedan surgir. Además, el apetito sexual suele aparecer de nuevo.
Por último, destacar que las técnicas de relajación y respiración beneficiarán mucho a la gestante para eliminar tensiones y ansiedades; así como también, los mecanismos de rechazo, se ven suavizados por el deseo de ser madre.