Hasta hace muy poco tiempo, cuando el bebé nacía, la placenta y el cordón umbilical se desechaban. En la actualidad, según los estudios realizados, se sabe que la sangre que contienen es una fuente muy importante de células madre, las cuales, propician de manera satisfactoria, la renovación de células sanguíneas y regeneran órganos dañados por ciertas enfermedades; es el caso, por ejemplo, de la leucemia.
Pero, ¿existen requisitos para poder donar el cordón umbilical? En un principio, cualquier gestante sana que haya llevado el embarazo con total normalidad, puede ser donante. Lo primero que hay que hacer es comentárselo al tocólogo. Si la maternidad donde se va a dar a luz está dotada de este servicio, será el mismo especialista el que nos dará toda la información necesaria al respecto. No obstante, si la clínica u hospital elegido para el alumbramiento carece de este servicio, podremos ponernos en contacto con la Organización Nacional de Transplantes o, con el Banco de Sangre de Cordón Umbilical (SCU), así sabremos en qué hospitales tenemos la opción de donar el cordón umbilical.
En el momento que tomemos la decisión, tendremos que firmar un consentimiento informado y rellenar un cuestionario en el que se detallen las enfermedades infecciosas padecidas.
No obstante, hay que seguir una serie de pasos para proceder a la donación:
a. Durante el embarazo, no será necesario realizar ninguna prueba o exámen específico. Las analíticas de control serán suficientes para descartar cualquier problema surgido durante la gestación que impida llevar a cabo la donación.
b. En el momento del parto, la mujer se someterá a un análisis de sangre para verificar que no se ha producido ninguna transmisión infecciosa en el momento del alumbramiento. De esta manera, se comprueba el estado del cordón umbilical y, por tanto, del recién nacido.
c. Seis meses después del parto, se realiza otra analítica de control para confirmar que no se han producido infecciones o patologías, tal y como se verificó con la analítica posterior al parto.