Para asegurarte de que la postura es la correcta, ten en cuenta estas pautas:
• El bebé se acerca al pecho. Es el niño el que se acerca al pecho y no la madre la que se inclina hacia el niño.
• Barriga con barriga. Los cuerpos de la madre y el hijo deben tocarse, barriga con barriga.
• La boquita, bien abierta. La boca del bebé debe estar muy abierta y tener dentro el pezón y parte de la areola (la parte oscura que lo rodea). Si coge sólo el pezón, la succión será ineficaz (no estimulará la producción de leche) y provocará grietas. El labio superior debe estar doblado hacia arriba y, más importante aún, el inferior, hacia abajo, casi tocando la barbilla del bebé (abarcará más pecho por abajo que por arriba).
• Ojo al sujetar el pecho. No es necesario sostenerse el pecho durante la toma, pero si la madre se encuentra más cómoda porque sus senos sean muy voluminosos, debería hacerlo con la palma de la mano contraria a la que sujeta al niño, pues los dedo en tijera sobre la mama dificultan el agarre y pueden provocar grietas.
• Apoyado sobre el antebrazo. La madre no debe sujetar al niño por el codo, pues así quedará muy lejos del pecho y el bebé tendrá que girar el cuello para alcanzarlo. Es mejor colocarlo sobre el antebrazo o la muñeca.
• Comodidad y tranquilidad. Dar el pecho en un ambiente cómodo, relajado e íntimo también ayuda, sobre todo en las primeras tomas, cuando aún no se encuentra muy segura. La madre ha de sentarse con la espalda bien recta y apoyada (para evitar dolores lumbares, durante la toma sus pies no descansarían sobre el suelo sino encima de un taburete). Si ves que te ayuda, puedes usar un cojín de lactancia, que encontrarás en las tiendas de puericultura.