Como madre primeriza, la lactancia materna es la principal fuente de nutrientes de tu bebé, y es natural que tú y tu bebé desarrollen un fuerte vínculo durante este proceso. Sin embargo, volver al trabajo puede ser un reto si quieres seguir amamantando.
Si no estás preparada, puedes encontrar dificultades, como encontrar un lugar para extraer o almacenar la leche durante las horas de trabajo, o incluso una disminución de la producción de leche.
Muchas veces te preguntarás si es posible continuar con la lactancia materna luego de ingresar nuevamente al trabajo, definitivamente la respuesta es sí.
Lo que puede llegar a ser más difícil en algunas situaciones, pero es importante investigar e informarte para obtener recomendaciones sobre cómo hacer para que todo funcione para ti y tu bebé.
A continuación, veremos algunos puntos que debes evaluar y qué opciones pueden brindarte en tu lugar de trabajo para que puedas disfrutar de esa conexión con tu bebé. Además de tener en cuenta que es la principal fuente de alimentación, indispensable para un buen desarrollo.
Recomendaciones para combinar la lactancia materna con tus actividades laborales
Empieza a planificar con antelación
Durante el embarazo, es fundamental que empieces a planificar con antelación cuándo volverás al trabajo. Considera la posibilidad de hablar de tus opciones con tu empleador, ya que algunas empresas pueden tener políticas de apoyo a las madres lactantes. Averigua también si hay lugares privados o seguros para extraerte leche en el trabajo.
Invierte en un extractor de leche de alta calidad
Un extractor de leche de alta calidad puede marcar la diferencia a la hora de compaginar tu horario de trabajo con el de lactancia. Invierte en un sacaleches de calidad que sea cómodo, eficaz y fácil de usar. También puedes plantearte adquirir un método manos libres, que te permita extraerte leche mientras trabajas.
Crea un horario de lactancia
Crear un horario de lactancia puede ayudarte a establecer una rutina y a mantener tu producción de leche.
Piensa en la posibilidad de extraerte leche a la misma hora a la que sueles dar de mamar a tu bebé, preferiblemente cada dos o tres horas. Tal vez quieras hablar con una asesora de lactancia para que te ayude a crear un horario que funcione mejor para ti y para tu bebé.
Almacena tu leche adecuadamente
Debes almacenar tu leche adecuadamente para asegurarte de que se mantiene segura y fresca para tu bebé. Coloca la leche en un recipiente limpio y ciérralo bien antes de meterlo en el frigorífico o el congelador. Desecha toda la leche que lleve fuera más de cuatro horas para evitar la proliferación de bacterias.
Habla con el pediatra o enfermera experta
Habla con el pediatra del bebé sobre la importancia de la lactancia en los primeros meses de vida del bebé. Asegúrate de que te explique la manera adecuada de preparar y alimentar a tu bebé con leche extraída.
Ellas tienen mucha experiencia en el tema de la lactancia materna para aprontar biberones de leche extraída ya que existen diferentes reglas para prepararla.
También debes saber la frecuencia de alimentación, el almacenamiento adicional de la leche, la minimización del desperdicio de leche materna y todas las pautas que pueda darte te van a servir mucho.
Vístete para facilitar la extracción
Llevar ropa cómoda, elástica y en capas puede hacer que la extracción en el trabajo sea más cómoda. También puedes considerar la posibilidad de invertir en un sujetador de extracción o una funda de lactancia que te ayuden a mantener la intimidad mientras te extraes leche.
Haz pausas para extraer leche
Tómate pausas frecuentes para extraerte leche y almacenarla durante las horas de trabajo. Es esencial dedicar tiempo a la extracción para que no disminuya tu producción de leche. Incluso dedicar unos minutos a la extracción puede marcar la diferencia a la hora de mantener una producción constante de leche.
Sé amable contigo misma
Reincorporarse al trabajo sin dejar de dar el pecho puede ser a veces difícil y abrumador. Es esencial que seas amable contigo misma y recuerdes que lo estás haciendo lo mejor que puedes. Date una palmadita en la espalda por cada gota de leche que produzcas mientras haces malabarismos con las exigencias laborales.
Palabras finales…
Recuerda hablar con tu empleador y encontrar un lugar seguro y privado para extraerte leche en el trabajo. Invertir en un sacaleches de calidad, crear un horario de lactancia y almacenar la leche adecuadamente es esencial para seguir amamantando mientras trabajas.
Combinar lactancia y trabajo puede ser una tarea desalentadora, pero crear un plan y disponer de las herramientas adecuadas puede facilitarla.
Sobre todo, sé amable contigo misma en este nuevo capítulo de tu vida. Si eres mamá primeriza es algo desconocido, es una situación nueva en la cual te tienes que adaptar.
Sé paciente y recuerda que estás haciendo un trabajo excelente al dar el pecho a tu bebé y crear un vínculo de amor maravilloso con él.
Fotos: Unsplash y Freepik.
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