En el caso de los niños, las infecciones en el oído medio (la zona situada detrás del tímpano) son bastante frecuentes. Provocan dolor de oído, fiebre y resfriados. Si este tipo de infecciones se dan en forma recurrente, es posible que se forme en el oído medio una especie de líquido viscoso. Normalmente las infecciones de oído pasan desapercibidas a los padres, pues con frecuencia lo único que notan es que el niño no se encuentra bien. El pediatra podrá diagnosticarlas después de examinar el oído del bebé.
¿CÓMO PUEDO DETECTARLAS?
• Tu bebé se mostrará quejoso, irritable y no tendrá apetito.
• Se puede detectar la presencia de cera en el canal auditivo.
• Se tira de la oreja.
• Presenta diarrea y vómitos.
• Tiene fiebre.
• Los niños más mayores se quejan de dolor de oído.
• Como el líquido que supura el oído afecta a la audición de tu hijo, es posible que notes que se sienta más cerca de la televisión, que pone más lato el volumen o que se queja de que tiene la oreja tapada.
¿QUÉ DEBO HACER?:
• Limpiar la oreja suavemente con un algodón empapado en agua tibia, pero nunca limpiar la zona interior del oído.
• Mantener las orejas secas, evitando que el niño se moje el pelo o que vaya a la piscina.
• Si tu bebé tiene más de 3 meses, dale la dosis adecuada de paracetamol infantil.
• Si los síntomas no remiten en unos cuantos días, consulta con tu pediatra, pues es posible que debas administrarle antibióticos a tu hijo.
¿CÓMO SE TRATA?:
• Cuando las infecciones son graves, a veces conviene colocar un drenaje, un tubo delgado que se introduce en la oreja para que se pueda evacuar la mucosidad.
UN BUEN TRUCO: Si tu hijo tiene dolor de oído, es posible que se sienta aliviado si le pones un paño suave y caliente junto a la oreja.
