Una de las cosas que más te preocuparán desde el mismo instante en el que sepas que estás embarazada es alimentarte bien para que tu hijo crezca fuerte.
Lo mejor es que no te obsesiones pero es importante que tengas una dieta lo más equilibrada y saludable posible. Durante el embarazo, las necesidades de hierro y proteínas son mayores estos eses, sin que ello quiera decir que tengas que comer por dos.
En la dieta de toda embarazada hay que incluir al menos una vez al día carnes rojas, a las que se les haya eliminado la grasa antes de cocinar, ya que contienen una buena cantidad de hierro y proteínas de alta calidad. Estos nutrientes también están presentes en las carnes blancas del pollo o pescado.
Otro sustituto ocasional de la carne es el huevo. Su composición, que incluye hierro, calcio, grasas, proteínas, vitaminas A y D, y su fácil preparación en tortillas y revueltos lo hacen especialmente atractivo. La cantidad de huevo presente en la dieta de una embarazada no debe exceder de dos unidades semanales, aunque se puede incorporar hasta una clara por día.
Durante estos meses los famosos antojos y las molestas náuseas harán que sientas preferencia por alimentos distintos. Es normal. Intenta evitar los dulces y sustituirlos por frutas o yogures.