Es muy común que los abuelos les permitan todo a los pequeños, y cuando la mamá o el papá le dice a algo que no, se ponen a gritar y a tirarse de los pelos. Ten presente que es necesario que les expliques a los abuelos que no le están haciendo ningún bien al consentirles todo.
Deben llegar a un acuerdo sobre qué se le permite y qué no y además, ellos deben entender que, aunque pueden dar su opinión, los criterios que hay que seguir son los tuyos, no los de ellos. Mientras no logren resolver esta cuestión, los pequeños seguirán siendo víctimas de la confusión que les produce que en ciertas ocasiones se les permitan ciertas cosas y otras no.
Una vez que se hayan conseguido una unidad de criterios, deben entender que es normal que sufra una rabieta de vez en cuando. No es una tarea fácil, puesto que los abuelos no piensas igual que nosotros, sienten la necesidad de mimarlos en exceso lo que lleva a malcriarlos y a consentirlos de una manera equivocada.