Los antojos son un apetito especial, que tiene tres características: no se satisfacen con un sustituto, son urgentes, no admiten postergación y producen una satisfacción especial. En la antigüedad se pensaba que cuando la mujer embarazada tenía un antojo habría que dárselo cuanto antes ya que era el bebé el que lo pedía, a través de la madre. Sin embargo, actualmente no tiene ninguna importancia referido al embarazo.
En el siglo XXI encontrar alguna explicación científica a este fenómeno ha quedado del todo desestimada hasta no hace mucho se pensaba que podía ser por un incremento de la hormona HCG, una de las hormonas de embarazo.
Cuando a una mujer embarazada le entran muchas ganas de comer algún alimento en concreto (fresas con nata, algún tipo de frutas, chocolate, etc. ) tiene la misma explicación que ciertos alimentos que antes de quedar embarazada comía a menudo y le gustaban, dejan de gustarle, e incluso, le pueden llegar a dar aversión. Estos cambios forman parte de las alteraciones fisiológicas que experimentan los sentidos en un ambiente hormonal propicio como es el embarazo.
En el embarazo experimentamos alteraciones como puede ser, un aumento de la agudeza visual, incremento respecto a los olores, incremento en el sabor de los alimentos, entre otras cosas. Las mamás no deben preocuparse ya que esto no representa ninguna alteracion patológica ni carencial para el feto.
Concluímos este artículo diciendo que el antojo no es más que un momento curioso, de otros muchos, que experimentan las mujeres que esperan un hijo, en este momento tan importante de su vida.
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