(Segunda parte). Continuamos hablando sobre los broncoespasmos en los niños, y de diferentes formas de enfrentarlo.
Otras maneras de enfrentarlo:
Depende de la intensidad del cuadro. Por supuesto, cuanto más severo sea, mayor será el refuerzo de medicación. Hoy por hoy, existen medicamentos muy efectivos, sobre todo para los más chiquitos. Si el tratamiento que se requiere es crónico, se sabe, lo mejor son los corticoides inhalados. Por lo general, las crisis moderadas son superadas en 24 ó 48 horas.
Muchas personas aumentan las exigencias al paciente al sostener que los factores emocionales y psicológicos influyen. Pero los neumonólogos aclaran que la incidencia es ínfima, y que no debe confundirse el broncoespasmo con otro cuadro llamado «pánico respiratorio» que provoca fatiga al intentar tomar aire. En este caso, la sensación es al revés: al exhalar.
Otro dato que circula y que sí tiene fundamentos es que en la adolescencia, muchos de estos síntomas se evaporan: efectivamente, en el 50 por ciento de los casos, el malestar disminuye o se anula por completo al empezar a crecer. Si el conducto bronquial se estrecha, el organismo respira de manera agitada.
Debes tener presente que:
–La sensación es: de falta de aire, presión en el pecho, el ataque de tos en medio de una carcajada.
–La causa: una disminución del diámetro de los bronquios.
–Prevenciones: en casa se puede prevenir el cuadro limpiando bien cuartos, alfombras, evitando tener gatitos como mascota (en casos confirmados), y un hogar ciento por ciento libre de humo.
–El doctor recetará, si es necesario, broncodilatadores.
–Afecta a: 1 de cada 3 niños.
–Alerta: puede ser sinónimo del desarrollo de asma bronquial.
–Consejo, la calma: Las crisis moderadas se superan en 2 días. Por otra parte, 1 de cada 5 niños olvida el malestar al llegar a la adolescencia.