Cualquier molestia abdominal puede asustarte, pero lo más frecuente es que no sea nada.
CUÁNDO NO PREOCUPARSE:
Con todo el estiramiento y crecimiento de los músculos, no es extraño que experimentes un dolor “creciente” a medida que la tripa se expande. Las digestiones pesadas y lentas son otro efecto colateral no tan glamoroso del embarazo. Se deben a los altos niveles de progesterona y estrógenos, que relajan los músculos del sistema digestivo, de forma que se ralentiza. . Puede ocasionar ardor de estómago y dolor abdominal por exceso de gases. Come poco y con regularidad y evita los alimentos fuertes. Si no mejoras, habla con tu matrona o ginecólogo, ya que algunos medicamentos te pueden aliviar.
CUÁNDO PEDIR AYUDA:
Un dolor agudo y fuerte en el lado derecho del abdomen superior puede ser un síntoma alarmante de preeclampsia. Habla siempre con tu ginecólogo o matrona. El dolor agudo acompañado de sangrados o pérdidas puede implicar amenaza de aborto o parto prematuro. En el primer trimestre, el dolor intenso puede ser indicativo de embarazo ectópico, cuando el óvulo se implanta fuera del útero. Puede suponer una amenaza para la vida, así que vete a urgencias si también sangras, el dolor se agudiza con cualquier actividad, sientes dolor en el hombro, el pulso acelerado o te mareas.