Te detallamos los errores más comunes que se suelen hacer cuando elegimos los zapatos para nuestros hijos.
ELEGIRLOS DEMASIADOS GRANDES:
A veces compramos zapatos de un número mayor del que necesita para que le duren más tiempo. Al chico le resulta muy difícil caminar con un zapato que le baila en el pie o que se le sale constantemente: lo obliga a adoptar posturas que a la larga son perjudiciales. Además, puede provocarle caídas.
PONERLE BOTAS PARA QUE LE SUJETEN EL TOBILLO:
Si el calzado no permite la libre movilidad del tobillo, está perjudicando su desarrollo. Por eso, las botitas deben utilizarse sólo para proteger del frío y la humedad.
ABUSAR DE LAS ZAPATILLAS:
Conviene que las usen con moderación porque la mayoría están fabricadas en plástico, que favorece una transpiración excesiva, y esto puede provocar irritaciones en los pies e incluso hongos. Es mejor elegirlas de cuero o de lona, que son más transpirables o, al menos, evitar que las usen mucho tiempo.
HEREDAR:
Es muy frecuente que los pequeños hereden zapatos de sus hermanos mayores o de otros chicos de la familia. Sin embargo, es una práctica poco recomendable, ya que los pies son siempre anatómicamente diferentes y cada pequeño tiene una forma distinta y particular de caminar. Unos zapatos usados siempre llevan la huella de su anterior dueño, pueden estar deformados (aunque apenas lo notemos) o viciados, y es probable que al caminar le rocen o no le resulten cómodos. Por eso, salvo que estén completamente nuevos, es mejor no usarlos