Molestos, dolorosos, incluso fétidos….Así pueden ser los gases. Normalmente, todas las personas tienen gas en el aparato digestivo, pero en cantidades muy pequeñas (menos de 200 ml). De este modo, sólo se nota su presencia cuando aumentan: entonces, el exceso puede provocar variados y desagradables síntomas, como eructos, ventosidades, espasmos, calambres, ruidos y sensación de hinchazón, quizá el más molesto y habitual de todos. Algunas personas, además, llegan a sufrir dolor abdominal de intensidad variable, que en raras ocasiones es muy fuerte. Durante el embarazo debido a los cambios hormonales, se sufren más, puesto que durante la gestación el bebé entorpece la digestión.
¿POR QUÉ HAY GASES EN EL APARATO DIGESTIVO?
Hay tres razones para explicar la presencia de gases en el aparato digestivo:
1. La absorción normal de pequeñas cantidades de aire, ingeridas sobre todo mientras se come, pero también al beber líquido o tragar saliva.
2. La ingesta de determinados alimentos que provocan gases o de bebidas con gas.
3. La acción de las bacterias del aparato digestivo, que producen gas a medida que los alimentos son digeridos.
LA ALIMENTACIÓN Y EL ESTRÉS:
Los gases están relacionados directamente con el tipo de alimentos que se consumen (como la bebida con gas, la leche, las grasa, las legumbre, …..) y con el modo de comerlos (muy rápido), ya que ambos factores condicionan la digestión. Los especialistas también señalan una fuerte conexión entre los gases y el estilo de vida. De hecho, se suelen asociar a personas que tienen problemas de estrés.
HAY QUE CONSULTAR AL MÉDICO SI….
• Los gases son muy sintomáticos (dolores, calambres, etc….) y muy abundantes.
• Se sufren durante más de dos semanas y se alterna el estreñimiento con la diarrea.
• Aparecen fuertes dolores en la parte superior del abdomen que se extienden hacia la espalda.
• Se experimenta una pérdida considerable de peso o de apetito.
• Se presentan heces fétidas con apariencia aceitosa o heces con sangre.