Los premios y los castigos que se otorgan o se dan a los niños, determinan el momento clave en que tu hijo se porta bien o mal. Algunas veces por falta de paciencia, regañamos al niño sin tiempo para concretar cuál ha sido la conducta errónea o la adecuada, con lo que el pequeño se hace un lío, que muchas veces no logra entender
Sería aconsejable tener en cuenta que:
• Confirmar que conductas nos parecen adecuadas.
• Informarle con detalle de aquello que debe y no debe hacer.
• Premiarle en las situaciones adecuadas y optar por una explicación concisa y clara en el caso de conductas inadecuadas.
• No recurrir a los gritos en caso de que haya llevado a cabo una conducta que no nos agrada.
• No sobornar al niño con juguetes para que sea bueno, se acostumbrará pronto al regalo fácil.
• Muchas veces los premios suelen dar mejores resultados que los castigos.
• Los niños imitan las conductas que observa en casa, por lo que es aconsejable tener presente en estos casos lo que se hace delante de ellos.
• Es bueno enseñarle a reflexionar, cada vez que ocurra algún percance.
• En algunos casos es bueno que el mismo escoja, previamente, el premio o el castigo si cumple lo prometido o incurre en alguna conducta negativa.