Algunos padres, cuando sus hijos les preguntan acerca de temas considerados tabú recriminan al niño o no le responden. Tal actitud, además de confundir, fomenta la inseguridad y la desconfianza.Lo ideal, en estos casos, es responder con información precisa, acorde a la edad del hijo, y siempre con la verdad por delante. Rehuir las preguntas impide contestar con franqueza y lo cierto es que ningún niño se quedará con una respuesta a medias, por lo que buscará la información en otro lado.
En el caso de las preguntas relacionadas con temas difíciles de explicar para los padres podéis consultar con el pediatra o con un profesional que los oriente. La curiosidad infantil es ilimitada, sus preguntas van desde el disparate a la más pura lógica. No permitas que otros respondan por ti. Lo que tenga que saber, que sea a través de sus padres.