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Hay ocasiones en que los niños suelen robar objetos, y no sólo porque les gusten, sino también por el afán exploratorio propio de su edad, para ver qué ocurre si hacen algo que intuyen que no está bien. Quieren averiguar cuánto poder tienen y dónde están los límites.

Lo más adecuado es no hacer un drama de lo ocurrido, pero tampoco hay que restarle importancia por considerar que es un hurto pequeño. Lo mejor es explicarle por qué no debe llevarse las cosas de los otros chicos y obligarlo a devolverlo de inmediato.Es fundamental ser firme a la hora de establecer los límites y no ceder, por más que tenga una rabieta cuando le quiten lo que ha tomado sin permiso.

Cada vez son más los niños que deciden quedarse con lo que no es suyo. Hoy en día, muchos de ellos alcanzan sus objetivos en el acto y por eso no entienden el valor de conseguir las cosas con esfuerzo. Es importante dejarle claro el concepto de pertenencia con ayuda de sus propios juguetes, hacer que se ponga en el lugar del chico al que se lo ha quitado para que comprenda lo que éste siente, y después acompañarlo a devolverlo.

También debe entender que todos vemos cosas que nos gustan y no siempre podemos tenerlas. Hay que explicarle que desearlas no es malo, pero hay que poner los medios para conseguirlas. Por ejemplo, si es una nena y quiere una Barbie, puede ahorrar la plata que le dan los abuelos hasta que reúna el dinero suficiente como para comprársela. Si después de intentar esto el niño sigue realizando pequeños hurtos con asiduidad, convendría hablar con un psicólogo especialista en niños.

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