La atención depende de la edad y la madurez del niño. Si por ejemplo hablamos de un niño de tres años, comparado con otros de su edad, su atención es limitada, será necesario consultar con su pediatra. El lo evaluará y, si lo considera necesario, lo derivará a un psicólogo o psiquiatra.
Mamá y papá pueden ayudarlo estructurando sus horarios, actividades y normas en forma clara y concreta: que haga una sola cosa a la vez, que mantenga ordenados sus objetos, enseñarle a seguir instrucciones cada vez más complejas y a ser responsable de sus actos. Los padres deben tener paciencia, exigirle cosas a medida que vaya creciendo.